Falcon Crest



En estos días finales de vacaciones, para mí las primeras "oficiales" en España y luego del retorno de Egipto; el sueño de adolescencia (del que hablaré pronto), entré en una etapa nostálgica volviendo al recuerdo. Por eso dicen que las vacaciones pueden ser estresantes si uno vuelve a tiempos de los que preferiría haber ahorrado la experiencia.

Afortunadamente en esta ocasión así no ha sido.

Falcon Crest es la primera teleserie de la que tengo conciencia, junto con Dallas o Dinastía, quiero decir que es la primera en la que podía entender y seguir el argumento. Ser consciente del mensaje que transmiten. Ocurre como las baladas u otras melodías románticas; cuando empiezas a entender su significado significa que el ansia por los otros, por el grupo, por la pareja, por las amistades, ha comenzado y, como en el mito vampírico, el ansia no te abandonará nunca y será el impulso y lastre de toda tu vida.

La melodía de Falcon Crest la asocio con el lujo:Esos viñedos extensísimos de California que años después vería, o las riberas vinícolas de España... pero de glamouroso tenía poco la vendimia me temo, yo que la "padezco" todavía todos los veranos. Ya hablaré del proceso vinícola en Gomera; un episodio aparte.

Yo recuerdo que la serie acababa con un discurso de Ángela Chanin pero no recordaba su contenido. Lo recuperé hace unos días de Youtube junto con cientos de fragmentos de memoria, desde la Gallina Caponata (no la recordaba tan insulsa) hasta Espinete (me sorprendió lo chulillo que era)... me falta el primer recuerdo; La cometa blanca.

Pues sí, han sido unas vacaciones no sólo en el espacio lejos de España, sino también en el tiempo lejos de mezquindades actuales. La vida adulta no resultó ser tan glamourosa pero al menos siempre queda la ilusión de cierta capacidad de protagonismo en su discurrir.

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