Las casas del coño

El otro día leí una noticia que con el correr de los días ha corrido igualmente como la pólvora; una señora en Las Palmas de Gran Canaria deja encendida una vaporeta y esta provoca un incendio que le provoca quemaduras en las extremidades y el desalojo del edificio donde vive. El edificio en realidad se llama José Antonio pero es conocido popularmente, y así se le nombra en el titular, como Casa del Coño.
El coño es la vulva femenina o parte externa de los genitales femeninos y también una expresión de asombro o fastidio.
De acuerdo con los comentarios que suscita el artículo según parece el nombre le viene del asombro ciudadano en la década de los cincuenta del siglo pasado cuando estaban abriendo los cimientos para la obra del que iba a ser el primer rascacielos canario con una altura de doce pisos en comparación con los pírricos dos o a lo sumo tres de las construcciones de aquel entonces. Los cimientos eran pues un hoyo considerable que arreglado al tamaño suscitaba la exclamación: -¡Coño, qué casa!
Es curioso cómo la historia es cíclica pues ese edificio se hacía para alojar a la cada vez más numerosa población de aquella parte de la ciudad, reubicándolos en ese sitio. Las "reubicaciones" de población en ambas capitales insulares han sido una constante, primero a rascacielos y después a barrios dormitorio.
Aunque algunas personas recatadas o melindrosas, esnobistas seguramente todas, cuando les preguntan dónde viven no dicen que en el Coño sino "en frente del Club Naútico" en los comentarios se apreciaba cierto orgullo de esa singularidad. En honor a la verdad parece ser que el coño no es exclusivo de Gran Canaria, al menos el arquitectónico, pues existen casas del coño en Oviedo (Asturias) y Madrid ( aquí dos incluso si hacemos caso a la leyenda urbana según la cual a la torre más pequeña del CTBA, es decir, Torre Espacio le pusieron ese mote), eso sí, todas se ganaron el apelativo por su grandeza tanto en tamaño como en novedad en su momento.
Resulta curioso observar aquí una inversión de la valencia de la palabra; para decir que algo es maravilloso o divertido se puede oir la expresión que ese algo es la polla ( pene) mientras que para decir lo contrario se dice que ese algo es un coñazo. Por lo menos en arquitectura parece ser que hasta los edificios piropean a la muchachas, digo, hasta que llegó la moda de lo políticamente correcto o hasta que de la altura miran hacia abajo y ya no se distingue a la gente que pasa.
Y a todas estas, ¿no habría por ahí alguna casa fálica, esto es, alguna casa consagrada a la polla?. Haberla hayla pero debemos ir hasta Chile... y aquí, según el Diccionario de la Real Academia Española, tanto el coño como la polla se dan un abrazo: Resulta que en Chile un coño es la forma despectiva de referirse a alguien de nacionalidad española (seguramente bien merecido para esa clase de personaje prepotente que hace flaco favor a la bandera cuando sobrepasa Collado Villalba o viaja más allá del Ter), mientras que nuestra polla para ellos es la Lotería, y por supuesto, si es gorda mejor que mejor, el premio, digo.
Amablemente, si me lo permiten, por mi parte me voy también, en este caso a casa del carajo a descansar unos días. He dejado una función automática de puesta de post.

Nota: Si se pincha sobre las fotos se va a distintos blogs donde estaban las fotografías.

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