SIDA


Pues sí, muy discretamente en la Plaza de Colón de la capital gomera estaba el preceptivo expositor para recordar el día... me dieron un condón que espero gastar antes que caduque, desearía que no precisamente en hacer globos de agua.
Simplemente por estadística alguna vez en nuestra vida habremos conocido a alguien seropositivo aunque, también por estadística, raramente lo habremos sabido. Resultó desolador ver el tamaño olvido de este día... nada que ver con aquellas campañas de mediados de los ochenta y principios de los noventa del siglo pasado. Pero, claro, el SIDA ya no vende: Para nosotros es una enfermedad crónica mientras que para los del "tercer mundo" es una sentencia de muerte. Aclaradas las cosas ya no hay temor ni incertidumbre de saber si nos tocará a todos por igual o no de forma que ya no hay que preocuparse más allá de lo necesario, es decir, sólo si a uno le toca.
Tal vez este sea uno más de esos ejemplos de l0 que llaman superación humana. Una inquietante capacidad a camino entre lo irracional de la simple biología y lo sublime del alma.

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