Nueva Villa

Fernando Sabaté Bel
Revista: Rincones del Atlántico
Artículo: "La isla-continente que quisieron convertir en continente-isla"

La historia de las ciudades, grandes o pequeñas, tienen un punto de origen común; nacieron de una oportunidad. San Sebastián de la Gomera, la Villa para los isleños, nació por oportunidad; una ventosa bahía natural ideal para los barcos de vela de la época y con privilegio... por algo la llaman villa.
Tanto el viento como el privilegio continuaron en el tiempo y forjaron el caracter villano, lleno de sutiles relaciones donde el padre es también compadre. De forma parecida así también se formaron los caracteres del norte, de las medianías... pero nunca llegó a formarse un caracter insular reconocible, sólo tal vez fuera de la isla, en la Octava que sí era en propiedad parte de un continente pero miraba a sus hermanos desde la distancia de una ilusión que no fue nunca verdad.
Pero todo lo que nace está avocado a crecer y evolucionar y la Villa no es una excepción, como así tampoco parece ser una excepción en su evolución pues en cierto sentido está repitiendo las pautas del urbanismo en España, eso sí, con los preceptivos "cuarenta años de retraso histórico" que pregona el gobierno autonómico que es nuestra edad de desarrollo, esto es los preceptivos tres pasos; terciarización, deterioro ambiental y dualidad social. Por resumirlo fijándose en Santa Cruz de Tenerife, un Plan Urban en chiquitito.
Así, la Villa crece como si emulara a Nueva York; absorbiendo recursos, gentes e inversiones. Lo único que, parafraseando a Felipe González cuando criticaba el "España va bien" aznariano... "(la Villa) va, lo que no sabemos es a dónde".
Lo curioso es que todo eso es producto de un atavismo histórico que nos recuerda por un lado el recelo entre los costeros y los del monte, y por otro nos avergüenza recordándonos el clasismo que una vez creyeron haber ahogado en el mar. Y todo eso pasó en un sitio tan pequeño pero con tanto continente.
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