Descubrimientos

En los pasados meses he estado ocupado descubriendo las posibilidades de esculpir en piedra. Ha sido ciertamente un descubrimiento encontrar una forma elocuente de creación. Al mismo tiempo estimula mi creatividad y me relaja la mecánica del proceso creativo.
De momento los temas son quizás limitados a un formato pequeño, propio del tamaño de los callaos que uso pero también quizás vaya a ser esa la tendencia futura durante un tiempo porque me fascinan las creaciones pequeñas. Me sorprende la versatilidad de la piedra porque hasta ahora siempre me evocaban grandes formatos el pensar en esculturas de piedra, sin embargo he descubierto que con las herramientas adecuadas se consiguen interesantes resultados que me acercan más al mundo de los complementos o joyas.
Las flores siempre me han parecido un motivo muy interesante para explorar las posibilidades de las técnicas que voy aprendiendo como la pintura al pastel o carboncillo; la escultura no ha sido distinta. Las flores permiten en su diversidad plantearse diferentes modos de abordar los desafíos que la escultura plantea, puedes optar por representar un volumen completo en una sola pieza o dividirlo en varios módulos o segmentos con resultados en cualquier caso que te sorprenden.
Aún así no dejo de probar otros motivos y, por supuesto, mi perenne anhelo de la figura humana que tanto me cuesta representar en cualquiera de las disciplinas que haya intentado.
Para mí ha sido tan fascinante el esculpir mis creaciones como el estudio de los materiales necesarios, tanto herramientas como las piedras en sí, pues resultaron ser un mundo complejo lleno de posibilidades que desconocía. Pensaba que la escultura era un arte reservado, ya dije, a formatos generosos y a artistas con vigor físico y gran constancia mental: Hoy día muchas herramientas permiten un proceso creativo a mayor velocidad y menor esfuerzo pero no por eso menos valor, desafio o atractivo.
Por el momento no uso cincel en mis esculturas ya que el pequeño formato de las obras. Predominan más las operaciones de corte, esmerilado, fresado y unión de piezas mediante resinas epóxicas siendo de momento suficientes para mis intenciones creativas. En un futuro próximo espero empezar con el cincelado de piezas mayores además de seguir compaginando con la creación de complementos en piedra... pienso ahora en unos gemelos para el suit que nunca he vestido.
No he olvidado o dejado de lado otras artes aprendidas como la animación, la programación, el dibujo... de hecho cada una de estas cosas me ha aportado perspectiva y habilidades necesarias para esculpir; la planificación, el abocetado y cierta sensibilidad a la forma sugerida por los objetos y texturas. El aprendizaje es un todo integrado que se complementa siendo algo orgánico, que crece.
También mi crecimiento personal en medio de esta situación externa, la recesión, tan dura se ha visto mediatizado y favorecido por los nuevos aprendizajes. Esculpir a veces pienso que es un deseo de permanencia, que algo quede al irse uno, y el proceso de hacer estas creaciones me ha hecho reflexionar sobre experiencias vitales propias y ajenas.
Siempre creciendo y aportando valor. Creo que esa debe ser la conclusión de la vida.










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