Titán

Cuando la misión Cassini-Huygens fue lanzada a Saturno, en 1997, estaba en mi primer año universitario. En el verano de aquel año hice un viaje a Irlanda para aprender inglés y satisfacer ese ansia que siempre he tenido de ver tierras nuevas y conocer gente interesante.
Las fotos de la Huygens, en fin, como las primeras mías; no se sabe si son una obra cubista o las tomó un niño... evidentemente la Huygens no fue a Titán a hacer turismo y es todo un logro haber llevado ese ingenio hasta allí.
Lo cierto es que a mí también me han sorprendido los pedruscos en Titán... tanto hablar de mares de metano y por lo visto Titán tiene continentes, islas, quizás mares de ese gas licuado... parece un mundo congelado, en pausa, esperando a que nuestro sol se transforme en una gigante roja para empezar a generar los mismos procesos para la creación de vida de nuestro planeta, o esperando a que Saturno entre en estado de fisión nuclear y se convierta en su sol. Cualquiera sabe; tal vez en vez de viajar al pasado de la Tierra, Huygens viajó al futuro del sistema solar.
Ralenticé el sonido que difundieron en la página web de la misión y me resultó más familiar el sonido a viento fuerte soplando sobre un micrófono. Percibí un tono mecánico continuo de fondo, debe ser algún mecanismo de la sonda.
Estuve pensando sobre el sistema de frenado de la sonda. Recordé la semilla de diente de león y su ingenioso sistema de planeo. Creo que un sistema similar sería una buena solución para descender sobre planetas gaseosos donde abundan los fortísimos vientos que destrozarían un paracaídas.
Ahora, luego de este reto cumplido queda el enigma de Europa y su supuesto océano helado. Pienso que aquí hay un doble problema; aterrizar sobre una superficie durísima de hielo sin escacharse y luego perforar ese hielo para sumergirse. Quizás a la robótica y la nanotecnología les haya llegado su momento; los insectos robot, los robots modulares y los chips moleculares ahorrarían mucho espacio y peso y aumentarían la movilidad de una sonda, o grupo de ellas, que deberá explorar este satélite.
Pero de todas todas lo primero que hay que solucionar es la propulsión... o el salto espacial... siete años de viaje para dos horas de orgasmo científico es demasiado tiempo perdido en cortejos.

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