El chabolo

Todo viaje, antes de dar el primer paso, requiere salir por una puerta. Durante seis meses en Vancouver viví en esta casa situada en un lugar llamado Southlands; las tierras bajas al sur de Vancouver junto al rio Frasier y el aeropuerto internacional de Vancouver.
Todas las mañanas me subía en la guagua número 7 hasta Downtown o en la 32 hasta Burrard Street. En total unos 45 minutos.
En el jardín los Fackstorp, la familia anfitriona, tenían un pequeño huerto y un arándano del que tuve oportunidad de comer pues florecen en agosto y septiembre.
La casa tenía doble planta y habitaciones distribuidas en alas. Una de ellas, la que mira a nosotros, era la privada de la familia y el resto eran habitaciones para los estudiantes. Cabíamos 5 perfectamente con habitación individual más la familia que eran tres. Cuatro baños, un salón de estar, un cuarto para la tele y cocina-comedor. Más cuarto trastero y garaje de dos plazas.
Desde luego por falta de espacio no era.
Aún así en aquella época estaban pensando en venderla y mudarse a otra zona residencial.
Durante el verano solíamos comer fuera en el patio que se ve y a veces Soren, el cabeza de familia, se lucía con unos asados... una vez Cynthia se fue a Miami por trabajo y Soren preparó unos deliciosos langostinos asados. ¡Qué ricos!.
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