Casa Junco




Este sábado fuimos José y yo al Prado; las llanuras que se extienden bajando por Chipude y que culminan en el Barranco de Argaga. Pasamos también por las palmas de Casa Junco.
Estamos sobre el Revolcadero del Burro donde a nuestra derecha está un precipicio sobre Guadá, la parte alta de Valle Gran Rey. Es justo lo que se ve al frente desde el Mirador César Manrique al otro lado del barranco.
Dos cosas singulares ocurrieron, las dos casuales; un fabuloso mar de nubes sobre Valle Gran Rey, evento que sólo ocurre algunas veces al año, y el encuentro de José con una prima suya que no veía desde hacía treinta años cuando ella marchó joven a Venezuela... tanto habían cambiado que no se reconocieron en un principio y ambos creyeron que el otro estaba en terrenos que no era suyos.
Recogimos almendras, peras y algún racimillo de uva. Paseamos por el antiguo canal que llevaba agua a Argaga, a Gerián... tantos trabajitos para dejarlo abandonado... como así todos esos hoy en día eriales. José rememoraba cómo había sido toda aquella tierra y junto a su prima se emocionaban recordando a los abuelos, la vendimia.
Un tiempo ya ido y esperemos que no perdido.

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