El tortazo a Gilda

Machacar sobre lo obvio es como hacerlo sobre lo trillado, o peor, sobre cebada verde, o sea, una inutilidad así que no voy a insistir en el obituario de hoy. Sólo decir gracias Glen Ford, gracias por habernos hecho soñar y que descanses en paz.
Hoy en el telediario dijeron que "nos había sorprendido" la muerte de este hombre, bueno, con 90 tacos con todos mis respetos supongo yo que será lo más lógico estar más cerca de la fosa que de la cuna... supongo que se referirían a la diferencia horaria y no al hecho de que muriese la susodicha sorpresa.
En un país donde llevamos en lo que va de año más de medio centenar de mujeres muertas por maltrato doméstico, más todas las pobres que no se ven y que lo padecen, sorprende la cantidad de veces que hemos visto el tortazo más famoso, y erótico para los que gustan de dominar, de la historia del cine. Y es que nos hemos olvidado de lo que significó en España en su día:
Cuando se estrenó Gilda corrían los tiempos de la censura franquista y todo besito impúdico era cortado sin compasión. Por un azar del destino el tortazo no fue cortado porque a decir verdad el censor no vió nada impúdico en eso... pero el público sí, cuando aquel bofetón bien dado; fuerte, sonoro, que acalló a una histérica mujerzuela consentida, sonó en las salas de cine el público no se quedó con el tortazo, sino con el bailecito erótico con destape de guante previó.
El tortazo fue dado a una golfa, pero una golfa que reivindicaba su derecho a la feminidad y a la identidad... las chicas quisieron entonces ser como Gilda aunque sin tortazo final y fue cuando se dieron los primeros signos de feminismo en el país.
Entonces aquella divertidísima anécdota de un grupo que se llamaba Juventudes Católicas de Sevilla que intentaron boicotear toda sala de cine donde se proyectara tal panfleto feminista y anticatólico en el sentido de pervertir el valor de la familia...
Una curiosa contradicción; el tortazo como reivindicación feminista pasó a ser con el paso de los años la más zafia demostración de machismo e incluso un acicate para maltratadores.
Un país, dos épocas y seguimos sin ideas.

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