Hildegart


Cuando leí la historia de Hildegart en mi adolescencia biológica, la socialmente impuesta dura en España hasta los 40 de forma que aún no soy un hombre de provecho, pensé en que una sola palabra la hubiera salvado... un simple gesto de cariño habría cambiado su historia.
La razón para acordarme de ella hoy, a dos días del aniversario de su nacimiento en 1914, es que estoy triste.
Estar triste socialmente "no vende" o está mal visto pero en nuestro ser la tristeza es necesaria; ayuda a reflexionar. Me ponen triste cosas como la mezquindad, la superficialidad y otras cosas.
Volviendo a este recuerdo de lecturas juveniles, no voy a contar aquí lo mismo que de Hildegart ya todo el mundo sabe... sólo tal vez que si no fue la primera mujer estuvo cerca de serlo, en ser expulsada del partido sociata... perdón, socialista; sus ideas políticas sobre la organización del Estado eran en exceso modernas. Tan modernas como sus dos libros sobre sexología que se volvieron a publicar tras la muerte de Franco, aunque ella nunca llegó a conocer los placeres internos de esos "13 centímetros, más menos 2" que constituye la longitud media peneana española. Con ironía inglesa Havelock Ellis le puso el mote de La virgen roja.
Hildegart anunció un tiempo que llegaría, junto con otras muchas mujeres de la época, sobre la representatividad femenina, y feminista, en la sociedad... recuerdo que mi primera universidad era sumamente femenista, y mi facultad poco menos que un adalid al respecto; había cada elemento que Dios libre y guarde, tan malo es un extremo como otro.
En fin, son cosas que pasan. Un abrazo Hildegart, donde quiera que estés.
NOTA DE AGENDA: Por si alguien de Madrid lee esto y tiene interés en la isla de la Gomera, el editor del libro en que colaboré les invita al acto de presentación del mismo que tendrá lugar el próximo 14 de diciembre a las 20.00h en La Casa de Canarias, C/ Jovellanos, nº5, bajo, derecha.
Que lo disfruten.

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