Conozco a un criminólogo

Cada vez que un amigo logra una meta me siento muy feliz y la celebro aunque las mías propias me pasen incluso a mí mismo desapercibidas.
Cuando empezamos a estudiar la carrera podía escribir a mano... era una grabadora tomando apuntes. Al final ya hasta el café lo tomaba con pajita si se lo acercábamos, y la última asignatura la estudió en casa tumbado pues no soportaba el suplicio de estar sentado en la silla.
Sin embargo terminó su carrera y hasta entonó esa crítica tan conocida por desgracia en nuestra facultad; "otro tronco para el fuego".
Lleva tres meses sin salir de casa y está frito por que lo lleve alguno al Puerto de la Cruz a tomar alguna cervecita, porque su amigo venga de la Gomera con una caja de galletas o alguna de sus amigas se acerque peligrosamente al lecho, o que menos que a su habitación o incluso a su casa. Contempla con desencanto la realidad que hay más allá de sus paredes... y me escucha. Algo de lo que siempre he estado necesitado.
A ver si sigo su ejemplo y yo también saco mi postgrado en Recursos Humanos por la UEM algún día.
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