¿Vamos a Egipto?




En estos días de fervor político en España mi mente ha vuelto a viajar a Egipto y regalo aquí pues una visita rápida y sintética a ese maravilloso país... veo que me visitáis muchos en Venezuela y no buscando precisamente información sobre la burundanga, afortunadamente.

Creed en los vuestros.

Hacía ya casi nueve meses que estaba gestando el hacer estos vídeos, serán tres, sobre el viaje que hicimos a Egipto. Hablé de las primeras impresiones al volver y ahora con el paso del tiempo y el necesario reposo es cuando se habla echando de menos hasta las incomodidades.

Nunca olvidaré la llegada a Egipto, al aeropuerto de Luxor. Algo me indicó que aquello era muy diferente; la pista no era de asfalto sino hormigón dispuesto en bloques. Fue como salir del útero materno, o sea, del avión y del fresquito, al exterior, o sea, a un aplastante calor que abofeteaba sin piedad. El asfalto a más de 50ºC digamos que no es recomendable para ningún neumático y es preferible el desgaste aterrizando en cemento.

Al fin llegaba a mi sueño de infancia. A aquellos cromos con imágenes de lugares famosos, las Pirámides y la Esfinge las primeras. A las lecturas de Quinto Curcio Rufo sobre Alejandro Magno... en fin, esas majaderías de todo empollón. Pero en aquel momento lo que hacía era otro rito; un rito de madurez. Vuelto de América, ahora me permitía las primeras vacaciones oficiales en España.

Ay Señor, quizás sean esos pequeños logros eso que llaman la esencia de la vida. Viajar es una experiencia que recomiendo; abre el espíritu.. y si te descuidas o deseas otras cosas... y, sobre todo, limpia de telarañas la calavera del coco más duro.



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