Sandokan

Todavía a día de hoy la Wikipedia no reseña a este personaje singular, vecino de la isla de Gran Canaria; Sandokán.
En la vida real se llama Manuel Sosa Medina, de Arucas, tiene en El Puertillo de Bañaderos una especie de base de trabajo para los rescates marinos, habiéndole salvado la vida a más de un bañista aunque también colabora con los cuerpos de rescate para recoger ahogados.
Tal vez para la anécdota cabe explicar el origen del sobrenombre, Sandokán:
Aparte de ser un personaje literario de Emilio Salgari, fue también el título de una serie sobre las aventuras del personaje en los años 70. La serie en cuestión fue muy famosa, y el actor que lo protagonizaba todavía más, Kabir Bedi, quien por decirlo finamente encarnaba el prototipo de masculinidad de la época... en cierta ocasión visitó España este actor durante la emisión de la serie y fue cuando sus seguidoras entonaron un grito ya clásico desde entonces:
-¡Sandokán, queremos un hijo tuyo!
El actor cuenta en los artículos de la época que llegó a sentirse un poco acosado. En aquel tiempo este hombre llevaba una hirsuta barba, y además del parecido físico, la profesión de marino de Manuel hizo que le pusieran este sobrenombre al calor de aquel fenómeno mediático.
Me acordé de Sandokán en estos días al leer de su ingreso en el hospital tras sufrir un ACV (Accidente Cerebro Vascular)... un derrame cerebral o ictus.
Desde aquí le deseo una pronta recuperación. Los ictus acumulan sólo en Canarias más de 3000 casos de ingreso hospitalario y comportan después un gran coste social y personal pues a menudo se acompañan de secuelas en el funcionamiento neurológico del paciente. En España constituyen la segunda causa de mortalidad.
La existencia de personajes como Sandokán hacen creer sobre al bondad del espíritu humano. En una tierra tan apegada al mar se conocen desde antaño historias sobre ahogados... una muerte muy angustiosa. Nunca se olvida la mano amiga que te saca, o el último aliento del que se ahoga a tu lado. También muchas veces no se recupera el cuerpo y eso puede ser incluso más lastimoso.
Alguien que te dé esperanza en esa soledad azul se agradece.

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