Golpe y contragolpe

05/06/2008

"Por una cuestión de edad no puedo recordar ninguna crisis económica anterior al bienio 1992-93... son siempre tan oportunas que llegan curiosamente en nuestros momentos de cambio. Golpe y contragolpe; cuando alguien sufre un accidente cerebral el primer daño es en el golpe y luego se producen otros, peores, en el contragolpe producido por la inercia, cuando se reinstaura el equilibrio."
"En estas crisis, que son cíclicas, lo primero que se ve es una erosión masiva en el empleo, de la cadena el eslabón más débil, y luego el contragolpe; las empresas empiezan a perder en sus márgenes de resultado... ahí es cuando se activan las alarmas y es cuando se puede hacer algo para evitar que el ciclo se acelere."
"El golpe ya está aquí; la bajada del consumo y la subida del paro... que se acompañan con, todavía, buenos ejercicios económicos empresariales. En el contragolpe será cuando se pueda tomar medidas ( en el bienio negro fue un debate con "los agentes sociales", cambios en los convenios laborales y un tímido fomento al emprendedurismo).En el caso de Canarias recuerdo que se dió una respuesta muy parecida a la de ahora, la formación. La experiencia de aquello fue que quedó demostrado que las tendencias no revierten de un día para otro y que la formación debe tener un objeto; "¿formar para qué?", "¿habrán oportunidades después de formarme en lo que me han formado?".

Fuente: Una de mis intervenciones en un foro de Xing.

El estallido de la crisis de las hipotecas subprime se dio el 9 de agosto de 2007, justo cuando BNP Paribas cerró tres fondos de inversión porque no era capaz de saber su valor por falta de liquidez.
Recuerdo que en aquel momento estaba en Vancouver visitando a unos amigos de vacaciones. A los pocos días la CNN daba cuenta de las primeras quiebras de entidades hipotecarias no sin cierta alarma conscientes de la magnitud del suceso. Mientras, al leer por internet los periódicos españoles, me sorprendía la liviandaz del Gobierno en España con aquellos comentarios sobre que eso no nos afectaría.
El discurso político tiene eso; lo bueno es contagioso, de lo malo huyen como gato escaldado... pero la realidad es tozuda, muy tozuda, y doblega hasta a las mentes más obtusas, lástima que también hace más retorcidas a las que ya lo son por naturaleza.
Lo cruel de estas crisis es que son injustas, muy injustas. Premian a los oportunistas, se ceban en los más débiles y las consecuencias futuras lastran proyectos y carreras de muchos anónimos.
No saldrán gratis los planes de contingencia y sí, nos afectará y mucho que los contribuyentes de un país deban pagar la nacionalización de empresas quebradas. Pero aquí pasa como el huevo y la gallina; la paradoja de que el gobierno más liberal deba nacionalizar empresas se debe también a su propia dejadez y permisividad anteriores que permitieron esa burbuja.
Hay una diferencia entre intervenir y regular, y esa diferencia no la han querido ver hasta que ya era demasiado tarde.
Estas crisis también tienen la capacidad de ponernos en evidencia... los artificios y la realidad mediática caen como espejos rotos ante la realidad de las crisis; España sigue siendo un país enclenque. Sólo el aprender de estos golpes pueda que nos haga más fuertes aunque el desencanto a día de hoy esté justificado.

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