Cargando plátanos


Un pequeño homenaje a lo poco verde del fondo de los valles que queda. Uno no extraña el pasado cuando este está superado  pero aquí no es el caso, el salto de un modelo productivo a otro se produjo sin transición, de la agricultura al turismo. Por sí mismo este cambio no ha sido malo, incluso era necesario pero sí ha sido un ejemplo de que siempre olvidamos a la personas.
Nos olvidamos a nosotros mismos, de cuidar nuestra herencia, porque en el fondo creemos perdurar y ser más adaptables de lo que en realidad somos... y lo más triste; creemos que podremos regresar al punto de donde partimos sin haber cambiado. Somos al revés del vino; empeoramos con la edad y por eso tendemos a recordar el pasado como algo mejor cuando simplemente nos resulta más conocido.
Lo bueno sería haber podido elegir cada cual entre quedarse escondido en las plataneras y no asomar a lo desconocido, o todo lo contrario, lanzarse a por el desafío... esa oportunidad no la tuvimos en Canarias; nos lanzaron fuera nuestros propios conciudadanos.

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