Chano

Hace dos noches nació Chano, le pusimos ese nombre porque nació en la onomástica de San Sebastián . En el pasado en la isla el nacimiento de un ternero era un buen augurio, una porque garantizaba leche por una larga temporada sobre todo en aquellos tiempos de escasez y por otra por cierta similitud supersticiosa por aquello de que una vaca también tarda nueve meses en gestar como las personas.
Fue un parto difícil porque Chano vino de culo. En los bóvidos estabulados es frecuente este problema porque al ser el animal sedentario el feto se mueve poco. Entonces hubo que ayudarlo a nacer; mi hermano introdujo el brazo por la vagina y aprovechando la contracción a modo de fórceps lo pudo sacar. Por suerte la vaca durante el parto dejó que se acercara.
Al nacer el ternero sale totalmente flácido, como si fuera gelatina con pelos. Es un mecanismo natural para evitar que el animal se dañe al caer al suelo durante el parto. Inmediatamente la madre se gira y comienza a lamerlo, otro mecanismo no sólo para limpiarlo de resto de sangre, bolsa amniótica o otras impurezas sino para también estimularlo.
Dependiendo de los terneros algunos se levantan enseguida y otros son más remolones, este fue de los últimos. Lo primero que hacen es mamar calostro, en las vacas es un líquido parecido a la mantequilla líquida.
Unas horas después, o a veces días, la vaca expulsa lo que aquí llamamos "pares" que vienen a ser la placenta y la bolsa amniótica. Si no hay nadie la vaca se lo comerá pero bueno, eso a mi padre le da cosa así que la recogemos y se entierra.
Espero que efectivamente Chano sea un signo de buen augurio que eso nunca viene mal.

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