Los hombres de Trinidad

El medio más fácil para ser engañado es creerse más listo que los demás.



François de la Rochefoucauld (1613-1680) Escritor francés
 
Trinidad y Tobago es un hermoso país caribeño situado al norte de Venezuela. Normalmente para nuestra percepción el Caribe es poco más que un exótico centro vacacional o el destino de singladuras deportivas tras cruzar el océano pero lo cierto es que, como en cualquier otro lado, la vida económica y política de la región tiene también sus altibajos capaces de generar también perturbaciones ayende los mares.
Naomi Klein en su robusto segundo título "La Doctrina del Shock" nos narra dentro de una abigarrada documentación el escueto caso de Trinidad en el que en palabras de un trabajador del FMI de mediados de los ochenta del siglo pasado, Davison Budhoo, esta institución manipuló estadísticas de la deuda del país para dar la impresión de que sus finanzas estaban peor que en la realidad. La especulación subsiguiente hundió el mercado de Trinidad y Tobago y el cordero pidió ayuda al lobo... el FMI para darles crédito les exigió seguir su programa de ajuste estructural; despidos masivos, rebajas salariales, bajada de impuestos y la liberalización de empresas estatales.
Años después Budhoo publicó una carta en la que destapaba el pastel y el gobierno trinitense hizo dos estudios independientes para saber si las acusaciones eran ciertas. Lo eran. Se habían inflado y fabricado cifras que perjudicaron seriamente al país... pero Trinidad y Tobago son dos islas perdidas en la inmensidad del océano y aquélla denuncia se diluyó en él. Curiosa e irónicamente de la carta y de los padecimientos de Trinidad y Tobago sólo quedó una obra de teatro; Mr. Budhoo´s Letter of Resignation from the I.M.F (50 years is enough), estrenada en 1996 en Nueva York. Cuentan que las críticas fueron estupendas, incluidas las del New York Times, por su "creatividad inusual" y "golpes de inventiva".
España corre el riesgo de convertirse en un sainete de sí misma, lo cual no es una novedad. Golpes de inventiva es lo que le ha faltado a nuestro actual gobierno, y escasa creatividad para darse cuenta a tiempo de que antes de la especulación efectivamente se produce la conspiración, pero no una conspiración entendida como cuentos y dimes y diretes propios de politiquillos de medio pelo que no saldrán nunca de su alfombra sino de un ataque orquestado, si se quiere, una colusión tácita de objetivos. No se especula sin objeto ni sin futuro, especular no es apostar sino intentar desde el presente influir en los futuros... pero las "conspiraciones" no se pueden denunciar porque después de todo no se es culpable hasta que no se comete la falta. La estrategia debiera ser a su vez especular sobre otro posible futuro y también "conspirar" para conseguirlo.

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