Doctor Ericsson, supongo

El Dr. K. Anders Ericsson es experto en el estudio del talento, entendido como alta competencia o desempeño excelente en un dominio o campo de aplicación profesional, no como superdotación en general o habilidad innata extrema y específica en un área exclusiva de funcionamiento social o personal.
Según su hipótesis, esta clase de comportamientos (ser un habilidoso profesional) son el resultado de una práctica deliberada cuyo motor debe buscarse en la motivación. El Dr. K. Anders Ericsson considera que el talento innato está sobrevalorado; según él, cuando se ha alcanzado una alta competencia el coeficiente intelectual no marca ninguna diferencia.
Recientemente la Academia Sueca de Ciencias de la Ingeniería lo ha nombrado miembro foráneo.
Su trabajo no ha pasado desapercibido en los últimos años pues el mismo ha nutrido varias publicaciones sobre la gestión y la captación del talento por parte de las organizaciones. Viene a concluir en pocas palabras que el talento, aunque haya una parte innata, puede conseguirlo uno con práctica, incluso en cosas tales como la gestión empresarial, el liderazgo de equipos de trabajo o algo tan "etéreo" como el carisma; esa capacidad para motivar con y convencer de los argumentos propios a los demás... eso sí, sólo puedes conseguir ser experto en aquello que te guste porque hacen falta al menos unos años de práctica continuada para lograrlo y aquí la constancia personal es determinante.
Lo dicho no parece ser ninguna novedad pero aunque no lo parezca va en contra de ideologías conservadoras que mantienen que el talento sólo "crece" en las mejores familias. Hasta no hace mucho tiempo este determinismo impregnaba la mayoría de las investigaciones en Psicología sobre las capacidades cognitivas; se partia de la hipótesis de que todos nacíamos con ellas, sí, pero en unos individuos más y en otros menos y por mucho que se hiciera el aprendizaje y la práctica posterior, por mucho que te gustara hacer algo, de poco te iba a servir si para eso nacías limitado.
El trabajo de Ericsson y otros investigadores vienen a avalar nuevos campos de desarrollo profesional como lo es el Coaching o lo que es lo mismo, hay "gente extraordinaria" que parece salirse de las tristes estadísticas determinantes que te hacen ser con más probabilidad labriego si naces en el campo que astronauta... pueden llegar a ser astronautas pero sólo si, primero, les gusta y segundo si tienen la suerte de encontrar apoyos suficientes. Lo malo es encontrarlos en un mundo tan plagado de envidias y de otras carencias personales no ligadas necesariamente al desempeño profesional.

Comments

  1. Anonymous10:21 PM

    Que me he reido con la viñeta... y por desgracia cuantas acciones como la de esa profesora han mermado la autoestima de muchos. Genial post!.

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  2. La docencia tiene eso; uno enseña también acotado por sus limitaciones. Sin embargo siempre hay opción a trascender, quizás con el paso del tiempo y el acúmulo de experiencias.
    Un saludo.

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