Tapones

España es el segundo país más ruidoso del mundo después de Japón.
De un tiempo a esta parte ha aparecido una tendencia nueva en los complementos del vestir; los tapones auditivos.
Hasta no hace mucho tiempo las gafas de sol eran relativamente poco frecuentes en el vestir diario e incluso había una etiqueta no escrita a propósito de no usarlas en determinados contextos sociales. Hoy son ampliamente aceptadas socialmente, incluso aquellos modelos en principio diseñados para usos más exigentes como lentes para esquiar o para trabajos en fábricas o en conducción de vehículos, las lentes de color amarillo, e incluso marcan determinado status social según el tipo que se lleve puestas.
Al igual que con las gafas, los tapones de oídos han empezado por ser importados desde el contexto laboral al cotidiano. Del entorno laboral los tapones han heredado su atractiva característica del color vivo que los identifica fácilmente y la multiplicidad de modelos que hay; desde los simples tapones cónicos de silicona hasta los reutilizables con cordón o con banda flexible que se coloca bajo el mentón permitiendo una rápida extracción o puesta.
Su capacidad de filtración de ruido viene indicada por la clasificación NRR (Noise Reduction Rating), cuyo cálculo y comprensión aún sigue siendo complejo y difícil de trasladar al público generalista. Sin embargo con el paso del tiempo la diversificación del producto ha hecho que quiénes los venden hayan encontrado ejemplos de situaciones ruidosas equivalentes al valor NRR de los diferentes tapones .

Además, no sólo los tapones protegen del ruido sino también protegen al oído en sí, por lo que podemos encontrar tapones para natación o bien tapones protésicos hechos a medida de la oreja de cada cual para garantizar el ajuste con el cuerpo sin causar molestias en largos tiempos de uso.

Todavía el uso de los tapones nos resulta tan extraño como la mascarilla en ciudades famosas por su contaminación pero posiblemente en el futuro serán mejor aceptados, o no, pues la tendencia que pugna también en nuestras sociedades es la de acabar precisamente con el ruido en sí a través por ejemplo de la reordenación urbana de los espacios, por ejemplo, peatonalizando áreas comerciales, o promoviendo los vehículos silenciosos.


Aunque es cierto que de momento la tendencia es aislarse de los ruidos con sonidos, esto es, llevar cascos con la música preferida de cada cual también debe recordarse que los tapones para oídos son equivalentes en cuanto a su capacidad "distractora" por lo que no deben usarse conduciendo, sobre todo aquellos con mayor capacidad de insonorización. Además existen unos tapones específicos para fiestas o entornos con mucha gente que aislan sólo de ciertas frecuencias permitiendo oir la voz humana cercana.
En un mundo cada vez más ruidoso, no sólo en cuanto a decibelios se refiere, el silencio empieza a cotizar como un valor en alza. Quizás sea porque nos evoca un espacio de intimidad personal... quizás ocurra como con los cuartos de baño; con los años se han hecho más grandes en las casas porque son un espacio de intimidad dentro de la casa dejando de ser simples espacios utilitarios para un exclusivo uso de aseo.

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